El tratamiento de implantes es altamente predecible, seguro y con un porcentaje de éxito muy alto, habitualmente superior al 95%. Para conseguir esta predictibilidad es importante cumplir una serie de requisitos:
- 1- Utilizar implantes de titanio de calidad muy controlada y con un tratamiento de superficie minucioso y comprobado por parte del fabricante: Es un factor importante. En los últimos años, con el fin de abaratar costes han proliferado implantes de marcas desconocidas y de procedencias con calidad dudosa. Sus tratamientos de superficie pueden facilitar la fijación de bacterias destructoras del hueso y traer consigo una periimplantitis temprana que supone la pérdida prematura del implante.
- 2- Además es recomendable utilizar implantes con conexiones universales, que aseguran la existencia de por vida de componentes de recambio en caso necesario (pilares o tornillos de la prótesis que eventualmente se puedan fracturar): en caso de implantes de marcas desconocidas, las conexiones suelen ser únicas de ese sistema, y si con los años el fabricante desaparece no existirán esos recambios.
- 3- Hacer un minucioso estudio previo del caso a tratar. Para ello es de suma importancia conocer de antemano el estado del hueso del paciente (anchura, altura, densidad, obstáculos anatómicos…) y preveer los problemas que pueden existir.
- 4- Tener un cuidado e higiene correcto a diario y acudir a la revisión periódica de la restauración.
- 5- Seguir los protocolos recomendados por institutos, universidades o clínicas de referencia mundiales con amplia experiencia y prestigio en implantología. Por planteamientos mercantilistas o de publicidad, en ocasiones se realizan tratamientos saltándose esos protocolos recomendados, lo que supone adentrarse en procederes arriesgados e impredecibles.
Lamentablemente, muchos planteamientos actuales en la terapia de implantes supeditan las cuestiones médicas y los fundamentos biológicos y fisiológicos a los mercantilistas, lo que puede traer consigo el fracaso del tratamiento.