Tus Preguntas

Implantes dentales

¿Puedo ser candidato/a a poner implantes?
En la actualidad son pocos los casos en los que colocar implantes puede estar desaconsejado. En general, si el paciente tiene un hueso adecuado y una salud controlada puede ser candidato a este tratamiento. Incluso en situaciones con hueso desfavorable es posible recurrir a técnicas regeneradoras del mismo que permiten igualmente el tratamiento.
¿Cuánta gente los rechaza?
El titanio es un material altamente biocompatible, tanto que el hueso circundante llega a soldarse a él. Se emplea exitosamente no sólo en implantología dental, sino en otros tipos de prótesis del cuerpo humano, como en la cadera. El porcentaje de rechazo del titanio es extremadamente bajo por no decir nulo. Ello refiriéndonos al verdadero rechazo, que sería el equiparable al de un trasplante: en ese caso el organismo reconoce el órgano (en este caso el implante) como un material extraño y lo agrede, produciéndose una inflamación y una expulsión del cuerpo extraño.

En el caso de los implantes dentales esto no es así. Lo que mucha gente llama rechazo es un fracaso en la unión entre el hueso y el implante: no es que el hueso se inflame y expulse al implante, sino que no se une a él. Las rarísimas veces en que un implante es expulsado es debido a una infección en el mismo cuando aún no se ha soldado el hueso. Como decimos esto es muy excepcional. Lo que sí puede ocurrir es la otra posibilidad (hueso que no se ha unido al titanio). Las posibilidades de que ocurra son bajas: con una técnica correcta puede ser del 1 al 8 % de los casos, dependiendo de la zona de la boca tratada y del estado del hueso. Los fumadores y diabéticos mal controlados pueden tener algo más de riesgo de no integración. Pero salvo estos casos, lo habitual es conseguir integración en el 92-99% de los casos.
¿Y si no se integra?
En caso de comprobar, tras unos meses de espera, que el hueso no se ha “soldado” al titanio, veríamos al implante girar o moverse dentro del hueso al ser empujado con un instrumento. En ese caso será retirado (sale fácilmente) y posteriormente puede volver a intentarse su colocación: no porque haya fallado la integración una vez tiene que volver a fallar en un segundo intento.
¿Son para siempre?
El tratamiento con implantes dentales de titanio comenzó a realizarse hace unos 50 años: inicialmente fueron estudios controlados en ámbito universitario. Su popularización en la clínica comenzó a finales de los años 80. Desde los protocolos iniciales establecidos por el Dr. Branemark ha habido algunas modificaciones, principalmente en la superficie de los implantes (haciéndolos porosos para mejor fijación del hueso) y en sus conexiones a la prótesis. También se han acortado los tiempos de espera para fijar la prótesis en ciertos casos.

En nuestra clínica comenzamos a restaurar dientes con implantes desde 1991, lo que nos permite hacer un seguimiento de los casos a un plazo largo. El resultado es un índice de supervivencia de los implantes muy alto después de este tiempo: muchos de ellos están casi como el primer día. Pero también es cierto que algunos implantes han fallado con el tiempo.

La práctica totalidad de estos últimos lo hicieron por periimplantitis. Esta es una enfermedad muy similar a la periodontitis o “piorrea”, y se debe a que, al igual que algunas bacterias de la boca pueden inflamar y atacar a las encías y hueso que sujetan los dientes, también lo pueden hacer sobre los implantes, destruyendo progresivamente el hueso unido al mismo. Hay que aclarar que este proceso no es un rechazo, sino una pérdida de la unión del implante al hueso por ataque de bacterias. El porcentaje de implantes afectados por periimplantitis con los años puede llegar a rondar el 10-15%: a veces pueden hacerse tratamientos que frenen el problema o que retarden su progreso, prolongando la vida del implante en boca. Otras veces puede estar indicada su remoción.

En cualquier caso es un tratamiento fiable y predecible a largo plazo, y aunque no está exento al 100% de problemas futuros (al igual que un diente), por fortuna estos son escasos.
He escuchado casos de personas que han tenido problemas importantes…
El tratamiento de implantes es altamente predecible, seguro y con un porcentaje de éxito muy alto, habitualmente superior al 95%. Para conseguir esta predictibilidad es importante cumplir una serie de requisitos:

  • 1- Utilizar implantes de titanio de calidad muy controlada y con un tratamiento de superficie minucioso y comprobado por parte del fabricante: Es un factor importante. En los últimos años, con el fin de abaratar costes han proliferado implantes de marcas desconocidas y de procedencias con calidad dudosa. Sus tratamientos de superficie pueden facilitar la fijación de bacterias destructoras del hueso y traer consigo una periimplantitis temprana que supone la pérdida prematura del implante.

  • 2- Además es recomendable utilizar implantes con conexiones universales, que aseguran la existencia de por vida de componentes de recambio en caso necesario (pilares o tornillos de la prótesis que eventualmente se puedan fracturar): en caso de implantes de marcas desconocidas, las conexiones suelen ser únicas de ese sistema, y si con los años el fabricante desaparece no existirán esos recambios.

  • 3- Hacer un minucioso estudio previo del caso a tratar. Para ello es de suma importancia conocer de antemano el estado del hueso del paciente (anchura, altura, densidad, obstáculos anatómicos…) y preveer los problemas que pueden existir.

  • 4- Tener un cuidado e higiene correcto a diario y acudir a la revisión periódica de la restauración.

  • 5- Seguir los protocolos recomendados por institutos, universidades o clínicas de referencia mundiales con amplia experiencia y prestigio en implantología. Por planteamientos mercantilistas o de publicidad, en ocasiones se realizan tratamientos saltándose esos protocolos recomendados, lo que supone adentrarse en procederes arriesgados e impredecibles.
    Lamentablemente, muchos planteamientos actuales en la terapia de implantes supeditan las cuestiones médicas y los fundamentos biológicos y fisiológicos a los mercantilistas, lo que puede traer consigo el fracaso del tratamiento.

Prótesis Dental

Me faltan algunas piezas dentales y estoy planteándome reponerlas. ¿Qué opciones tengo?
Hoy en día los implantes permiten reponer las piezas ausentes funcionando como nuevas raíces artificiales. Constituyen el tratamiento más aconsejable por su eficacia y recuperación funcional (y estética) que aportan, sin los inconvenientes de las prótesis removibles. La intervención es frecuentemente sencilla e indolora, con postoperatorios no excesivamente molestos.
Pero puede haber limitaciones para recurrir a ellos: por un lado, el hueso puede ser escaso o insuficiente, lo que puede precisar de intervenciones adicionales para regenerarlo. Por otro lado, un tratamiento implantológico de buena calidad, con implantes, prótesis y materiales punteros resulta costoso, y aunque en nuestra clínica procuramos facilitar el pago a nuestros pacientes, amoldándolo al tiempo de tratamiento, el importe puede quedar fuera del alcance de ciertas personas.
Afortunadamente existen otros tratamientos alternativos que permiten resolver la mayoría de los casos: los puentes cerámicos fijados a los dientes remanentes quizá es una alternativa poco recomendable, pues también es un tratamiento costoso y que supone el tallado (desgaste) de los dientes que le darán apoyo (y que están junto al hueco sin dientes). No obstante puede ser una opción a tener en cuenta en algún caso.
Las prótesis removibles parciales llevan un armazón metálico diseñado en exclusiva para cada paciente, con apoyos y sistemas de sujeción de la misma a los dientes remanentes. Sobre esa estructura el laboratorio dental arma los dientes ausentes. La prótesis se pone y se quita. En el caso del maxilar superior la adaptación del paciente suele ser buena. Para el maxilar inferior puede ser más costoso el acostumbrarse a ella.
Las prótesis removibles son notablemente más económicas que los implantes. A veces pueden ser una posibilidad en casos en los que el paciente no desea por el momento rehabilitar su boca con implantes y prefiere demorarlo unos años más, pues estos aparatos permiten añadir rápida y fácilmente las piezas que se vayan perdiendo sin tener que rehacer otra nueva prótesis.

Periodoncia

A un conocido le han detectado un problema serio en las encías y le han advertido que puede perder los dientes. ¿Puede ser también mi caso?
Las periodontitis (“piorrea”) son enfermedades inflamatorias que afectan al periodonto, o sistema de fijación del diente (encía, hueso, cemento y ligamento periodontal). Existen bacterias en la boca que, si no son correctamente removidas a diario, llegan a acumularse en la unión entre la encía y el diente, produciendo una inflamación y sangrado. Con el paso del tiempo, la inflamación puede afectar al hueso que está por debajo, haciéndolo desaparecer gradualmente. El diente pierde fijación y llega a caerse.
Las periodontitis son enfermedades muy frecuentes en el adulto, y suponen la causa más importante de perder dientes a partir de cierta edad. Son signos de alarma el sangrado, la inflamación, el mal sabor u olor, la movilidad o el desplazamiento (cambios de posición, aparición de ranuras entre los dientes, etc)

Odontología Conservadora

Me he roto un diente. ¿Debo extraerlo? ¿Qué opciones tengo?
Los actuales materiales dentales permiten un gran número de opciones restauradoras. Creemos que un diente solo debe ser extraído como última opción antes de pasar a otros tratamientos como los implantes. Hay casos en que puede no quedar más remedio (ej. periodontitis muy avanzadas o fracturas verticales de raíz), pero en otros se puede intentar su reconstrucción, incluso en casos de destrucciones masivas de la corona dental. Las fracturas en la zona estética (dientes anteriores) suelen poder repararse exitosamente con resinas compuestas (composites), sin necesidad de tener que recurrir a fundas de porcelana necesariamente.
¿En qué consiste exactamente una endodoncia?
Cuando el nervio está afectado o inflamado irreversiblemente es necesario su eliminación, rellenando luego el conducto por el que recorre el diente con un material sellante. Es la llamada endodoncia. Después deberá reconstruirse la corona, para lo cual existen materiales muy eficaces que evitan tener que recurrir a elaborar fundas o coronas en muchos casos.
La endodoncia ha permitido salvar muchos millones de dientes en el mundo, pero el paciente debe saber que un diente endodonciado va resultando más frágil con el paso del tiempo, aumentando la posibilidad de fracturarse en algunos casos. Si la fractura llega a aparecer y solo afecta a la corona y/o a sectores muy superficiales de la raíz, puede repararse el daño rehaciendo la reconstrucción previa o colocando una funda (corona). A veces la fractura es más vertical y llega a dividir la raíz en dos partes, lo que supone la pérdida del diente.

Odontopediatría

¿A qué edad debo comenzar a llevar a mi hijo al dentista?
La boca del niño tiene unos condicionantes diferentes al adulto. Falta la motivación en su cuidado e higiene por parte del niño, lo que exige la atención diaria de los padres. Además puede haber exceso de alimentos azucarados, golosinas, etc. que pueden terminar produciendo caries e incluso inflamaciones. Por otro lado, durante la infancia van saliendo dientes y reemplazándose otros. Es conveniente tener vigilado ese recambio y detectar hábitos nocivos (ej la succión de chupete, dedo o de la propia lengua) para evitar malposiciones de los dientes. En caso de apreciar signos de una futura maloclusión y eventual deformidad en las arcadas dentarias, resulta conveniente actuar con tratamientos ortodóncicos que a edades tempranas suelen ser sencillos y con resultados muy estables a largo plazo.
Por ello nos parece recomendable que el dentista general revise a los niños desde edades en torno a los 4 años, siguiendo luego su evolución entre 1 y 2 veces al año.
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