El apretamiento nocturno de los dientes conlleva un progresivo desgaste y acortamiento de los mismos, así como retroceso en las encías y socavados en las raíces. Frecuentemente se acompaña de tensión muscular en las sienes y mejillas, chasquidos y sonidos en la articulación, apertura de boca limitada, etc. El mecanismo por el que esto ocurre es complejo y puede tener varias causas. Su tratamiento también admite varias opciones, desde realizar tallados puntuales y recomposiciones en las guías de oclusión, que devuelvan la estabilidad a la mordida, hasta recurrir a las placas o férulas de descarga, que suponen un rápido alivio para la mayor parte de los pacientes.